La última clase
El profesor de matemáticas más odiado de la escuela murió un martes.
Nadie fue al funeral. Excepto siete ex-alumnos que nunca se conocieron entre sí.
Un CEO. Una doctora. Un ingeniero aeroespacial. Una escritora bestseller. Un chef famoso. Una jueza. Un maestro de primaria.
Todos tenían la misma historia:
Habían reprobado su clase. Él les dijo que se quedaran después de clases. Esperaban un sermón.
En su lugar, el viejo profesor cerró la puerta y preguntó: "¿Qué es lo que realmente quieres hacer con tu vida?"
Cada uno confesó su sueño imposible. Algo que nunca le habían dicho a nadie.
El profesor sacó un sobre de su escritorio con el nombre del estudiante ya escrito.
Dentro: $1,000 dólares en efectivo y una nota.
"Este dinero no es una apuesta. Es mi inversión en tu futuro. No me lo devuelvas con dinero. Devuélvemelo siendo feliz. Y cuando lo logres, haz esto mismo por alguien más."
En el funeral descubrieron que el profesor vivía en un apartamento de una habitación. Sin autos. Sin lujos.
Pero tenía 43 carpetas en su closet. Cada una con el nombre de un estudiante, recortes de periódicos siguiendo sus logros, y la misma nota:
"Inversión recuperada. Misión cumplida."
Los siete se miraron. Luego, en silencio, cada uno sacó un sobre.
Adentro: $1,000 dólares y la misma nota que habían recibido años atrás.
La cadena continúa.
¿Quién fue esa persona que apostó por ti cuando nadie más lo hizo?


