Día 18 – Las cicatrices que señalan el camino
Lo que intentas ocultar puede ser, en realidad, tu mapa hacia la plenitud.
"La herida es el lugar por donde entra la luz." — Rumi
¿Alguna vez te has preguntado por qué hay recuerdos que no se van, aunque intentes enterrarlos?
No importa cuánto corras, vuelven.
A veces en sueños.
A veces en un olor, una canción o una mirada que te devuelve al mismo lugar.
Esas son tus cicatrices.
No están ahí para castigarte.
Están para recordarte algo que no aprendiste del todo.
Pasamos la vida tapándolas como si fueran una vergüenza.
Pero lo que escondes crece en la sombra, y lo que niegas te persigue hasta que te atreves a mirarlo de frente.
Un amigo me confesó que durante veinte años evitó hablar en público por una humillación en la escuela.
Vivió atrapado en ese miedo, hasta que un día decidió que no podía seguir dejando que un recuerdo dictara su vida.
Hoy da conferencias frente a cientos de personas.
La cicatriz no desapareció… pero dejó de ser una prisión.
Tus heridas son más que marcas.
Son un mapa.
Si te atreves a seguirlo, te llevará justo a la fuerza que no sabías que tenías.
Mañana, en el Día 19, descubrirás algo que puede cambiar tu forma de enfrentar las pérdidas: cómo transformarlas en impulso para ir más lejos de lo que nunca imaginaste.